La curaduría es un espacio donde proceder desde el ensayo. Profesionalmente, ser curadora significó en estos años la posibilidad de construir discursos, pero también de deformarlos ya que curar es en cierta medida editar creando. Estando al frente de proyectos institucionales o independientes, la actividad curatorial ha implicado siempre una gran responsabilidad: teórica, histórica y socio-cultural. Por eso en mi caso, prefiero incorporar el riesgo en los procesos de trabajo y concebir a las muestras como puestas en escena en contexto, donde hacer de la investigación y del archivo prácticas conscientes, para nada neutrales, y funcionales a la concepción de les curadores como trabajadores inquilines de una cultura que siempre está en movimiento.
Curadora y docente. Forma parte del equipo curatorial del MALBA. Miembro de la AACA (Asociación Argentina de Críticxs de Arte). Autora de Mugre severa (Caracol, 2021) y de ensayos e investigaciones publicados en diferentes ediciones. Curó las exposiciones Vía pública, de Marcela Sinclair, en Malba (2023), Fugas en el Centro Cultural Parque de España de Rosario (2021) y formó parte del equipo curatorial de Las olas del deseo. Feminismos, diversidades y cultura visual 2010-2020+ en la Casa Nacional del Bicentenario (2022).